miércoles, 3 de febrero de 2010

Good Bye Honey

Hola!
Aqui les dejo la primera historia que escribo pensando en...Dougie!!! Para todas sus fans...Es cortita, no se demorarán en leerla. El unico requisito es escuchar When You are gone de The Cranberries!!!
Aqui va!

Good Bye Honey

Agarró mi cintura con sus brazos para acercarme lo más que pudo a su esbelta figura, la que irremediablemente me hacia suspirar. Mis pies se hundían en la suave arena mojada a ratos por las espumosas olas del cálido mar que formaban en conjunto la playa que tanto amaba y dejaría para siempre. Tomé su perfecto y suave rostro con mis toscas manos y nos fundimos en un beso tan dulce y tierno, pero a la vez cargado de pasión. Sentía mi corazón latir estrepitosamente y nuestras respiraciones acelerarse. No quería que esto acabara pero sentía inminente su final. En mi pecho se instalaba la agonía para no dejarme respirar tranquila. Lo dejaría, le rompería el corazón y estaba segura que jamás me perdonaría y yo no lo olvidaría. Le diría adiós a la persona que más había amado, admirado y deseado en mi vida. De a poco nuestros cuerpos se fueron separando hasta solo quedar nuestras manos entrelazadas. Llegaba el momento de la verdad. Las últimas semanas habían sido las mejores de toda mi vida, las risas, los abrazos, los innumerables besos. Todo lo había disfrutado junto al chico más maravilloso de este mundo y del universo. Amaba su pelo rubio desordenado, sus ojos azules cielos, su barbilla perfecta, sus dulces labios, sus aretes plateados que lo hacían ver tan sexy y no podría olvidarme de su tatuaje que comenzaba por el hombro, tapaba una parte de su torso y concluía en su brazo derecho. Detalles en él que me hacían derretirme tan rápido como un helado de chocolate a la luz del sol abrasador. Y era peor cuando andaba sin sus poleras de Blink 182, su banda favorita, descubriendo su perfecto torso blanco. Extrañaría por sobre todo su espíritu infantil. ¡Rayos!... Todo esto me hacia tan difícil dejar de quererlo, de pensar en él. Si supiera que la primera vez que lo vi mi corazón dejo de latir, en menos de un segundo su mirada había provocado que mi cuerpo dejara de trabajar como normalmente lo hacia. Y gracias a él mi corazón volvió a latir sano, después de tantos fracasos. Cupido había puesto en mi camino al mejor hombre en la faz de la tierra y yo no lo merecía… ¡No lo merecía maldición! Que había en mí que al él le gustara, había ocasiones que no hablaba y lo único que hacia era mirarme embobado. Eso me hacia recordar tantas canciones que escuchaba pensando solo en él, el era el dueño de mi alma. Cada pulsación pertenecía a él. Lo miré a los ojos y sin pensarlo me volví a perder en ellos. De mis ojos castaños sentí que salían pequeñas lágrimas.

-Hey! An! ¿Que ocurre baby?-su cara de alegría se volvió preocupada.

-¡Oh Doug! ¡Lo lamento tanto!-miré sus ojos tan azules como siempre.

-Tranquila cariño, te comportas como si fuera la última vez que nos viéramos.-parecía que le sorprendía mi reacción.

-Dougie mírame-agarre su rostro con mis manos- sabes que siempre te voy a amar. ¿Lo sabes?- sabia que en mi cara se reflejaba la preocupación.

Se rió. ¡Por Dios! Esa era la risa que me encantaba.

-Por supuesto y creo que ya sabes lo mucho que te amo a ti Ángela o quieres que te lo demuestre-mostró su sonrisa pícara, trato de besarme, aparté sus manos de mi rostro, era la primera vez que rechazaba uno de sus besos…¡¿en que estaba pensando?!.

-Lo lamento tanto…-respire hondo para calmarme-En menos de cuatro horas viajo a Australia y no volveré jamás…

-¡¡¡¡QUEEEEEÉ!!!!-gritó alterado- TÚ PÈQUEÑA- dijo apuntándome-No te vas a ninguna parte para no volver, eso jamás lo permitiré. ¿Desde cuando lo sabes?... ¡Porqué no me CONTASTE!!-volvió a alzar la voz.

¡Yo!-lo miré asustada-Tranquilízate Doug…Temía que lo tomaras mal-miré mis pies-lo sabia hace tres semanas-no quería ver como reaccionaria a mi comentario.

-¡NO QUERIAS QUE LO TOMARA MAL!-ok, ahora entendía que mi plan no había funcionado.

-No hay nada que podamos hacer, mi madre ya lo decidió, ella piensa que tendré un mejor futuro…aunque lejos de ti lo dudo-lo mire unos segundos para luego, desviar mi vista hacia el atardecer, que ahora me parecía lúgubre.

-Hey Honey! Mírame…-volvió a tomar mi rostro fijando sus ojos en los míos-no pienso quedarme aquí solo y menos dejarte ir…

-¿Y que harás?-ya no quedaba tiempo para planear algo- ¡Secuestrarme!, no puedes, recuerda que eres mayor de edad, tu 19 y yo solo 17…

-Bueno, entonces… ¡secuéstrame tú! Yo solo tengo que esconderme en tu equipaje y listo-me miraba como si esa fuera la solución perfecta.

A pesar de la tristeza que sentía en ese momento no pude contenerme la risa. Era gracioso imaginarme a Doug dispuesto a entrar en mis maletas.

-Creo que no funcionaria Dougie…cuando pase mis maletas por la inspección te verán y te mandarán de vuelta a tu casa…además, ¿piensas dejar solas a tus iguanas?-aún me parecía extraño que un chico tan lindo tuviera de mascotas a dos iguanas, y lo que era mas divertido, verlo hablando con ellas…el rarito de Dougie…

-¡Oh no! Por supuesto que no-creí que había reflexionado lo tonto del asunto- ¡las llevo conmigo!-absolutamente creo que no cambiara-Intentémoslo, no es mala idea-puso cara de puchero…

-No, Dougie no, sufro de solo pensar que estarías sin aire y solo en una maleta…-lo mire fijo

-Pero no piensas que sufriremos más estando separados…o acaso no lo entiendes...TÚ Y SOLO TUUÚ eres mi vida, solo respiro por ti…eres la razón de mi tonta existencia…además no he tomado mi porción diaria de helado, ya no puedo pensar en otro plan…-miró el suelo.

-Oh Doug…pero si en la cocina te deje las dos cajas de helado… ¿acaso ya te las acabaste?-vi en su cara signos de culpabilidad-¿Qué harás sin mi honey?...

Mire mi reloj, ya era la hora, tenia que ir a casa a buscar las maletas y tomar el taxi al aeropuerto. Tome mi celular y… ¡Tenia 20 llamadas perdidas de mi madre!

-Dougie…llegó la hora...me tengo que ir…por favor algún día tienes que perdonarme por lo que te estoy haciendo…

-No tengo nada que perdonarte, no es tu culpa-se sentó en la arena mirando en dirección al mar.

Me agaché para abrazarlo y besarle sus suaves labios.

-Te amo-traté de que mi última mirada grabara a la perfección su rostro.

-Y yo a ti…te adoro…cariño…no me dejes-veía que las lagrimas caían sobre sus mejillas.

-Lo siento-lo volví a besar y me levante.

Aunque no quería correr mis piernas hicieron lo contrario. Ya no volvería jamás y mientras más rápido dejara la playa mejor…menos dolor. Llegué a la casa y mi madre no me dijo nada, creo que notó el sufrimiento en mi rostro. No demoró en taxi en llegar y llevarnos al aeropuerto. No llevaba muchas maletas por lo que no fue difícil bajarlas del auto. Mientras que en mi cabeza escuchaba las risas de Dougie y su voz diciendo: “Te amo, nunca nos separaremos”. Trate de no escuchar esto y pensé como sería mi nuevo hogar, mis nuevos amigos, y por sobre todo la escuela. En eso escuché el último llamado del vuelo hacia Australia. En vez de caminar tranquila, ocurrió todo lo contrario corrí hacia el avión. Mi madre había elegido para mí el asiento con ventana, instantáneamente mire hacia los ventanales del aeropuerto…no podía ser verdad…era Dougie! ¿Como había logrado llegar a tiempo? Distinguí en su mano derecha que afirmaba algo... ¡el casco de la moto de su padre! Lo retarían por haber sacado la moto sin permiso, era seguro. Me hacia señales y logre ver que su boca gesticulaba las últimas palabras de su amor hacia mi, un te amo. Yo reaccioné de la misma manera. Con mis manos hice un corazón y gesticulé lo que mi corazón sentía: te amo Doug. El avión despegó y ya no distinguí la figura del chico que tanto quería a mi lado. Con lágrimas en los ojos me tapé la cara con las manos y traté de pensar en la última imagen de mi loco Dougie, ya que era lo último que vería de él…

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